13/09/2014

Hace ahora un año

     Hace ahora un año, nuestra línea perdió ocho trenes semanales (dos diarios, de lunes a jueves). Debido a ello, una persona que alguno de esos días quiera viajar desde Huelva hasta el Andévalo o la Sierra no puede regresar el mismo día a la capital y aquellos ciudadanos que se desplazan a Huelva desde estas comarcas onubenses, deben esperar un elevado número de horas para poder regresar a sus domicilios, ya que el tren llega a Huelva a las 9:27 y el de regreso no parte de la ciudad hasta las 19:30, ¡diez horas después!

     Los políticos de los dos principales partidos desarrollaron una lamentable campaña de "esto lo tenéis que pagar vosotros" o "es culpa vuestra" y también el "a onubenses no nos gana nadie". Los días previos al 24 de junio de 2013, cuando se consumó el recorte, fueron de una incertidumbre absoluta. Después de varias amenazas de cierre total, aplazamientos, desmentidos y polémicas sin sentido, el Gobierno central aseguró que al declarar la relación Madrid-Madrid a través de la línea Huelva-Zafra como Obligación de Servicio Público, se "blindaba" la misma. Absoluto sinsentido cuando, días más tarde, se anunciaba la supresión de los ocho referidos trenes semanales. Por si fuera poco, el asunto se vendió como si se nos hiciera un favor al no cerrar del todo la línea, como si los ciudadanos fuéramos menesterosos necesitados de la caridad de los que tienen el poder. ¡Ah! Y también dijeron que se acababa el debate sobre el tema, exhibiendo algunos de sus representantes unas maneras que revelan un penoso autoritarismo, impropio de los tiempos que corren.

     "Un tren sin pasajeros es un lujo que Huelva no se puede permitir", declaró el Subdelegado del Gobierno en Huelva. ¿Tren sin pasajeros o con escasos y resignados pasajeros que afrontan penosos horarios, unas velocidades del tren ridículas para las prestaciones que el mismo puede desarrollar y con una promoción nula del transporte ferroviario? Unos 150 millones de euros costó el aeropuerto de Castellón, promovido por el mismo partido político y que no ha recibido, hasta la fecha, a ningún pasajero. Una semana antes se había inaugurado el Ave a Alicante: 1.920 millones de euros. Sin comentarios.

    No hay dinero. Se les ha ido en rescatar autovías innecesarias, redundantes y poco ecológicas y en ayudas a los lobbies del sector automovilístico. Ya saben: planes PIVE y demás. ¿Cambio climático? El primo de Rajoy dice que eso no existe.

     Los contrarios tampoco pueden alzar demasiado la voz. En 1984 permitieron el mayor cierre de líneas ferroviarias que se recuerda en España -del que se salvó la línea Huelva-Zafra in extremis- y en 1987 cerraron la Huelva-Ayamonte. Mejor calladitos.

     Desde esta página se promovió el año pasado una campaña de recogida de firmas. Conseguimos unas 8.600. Después, los políticos nos imitaron. Nosotros no dependemos de nadie: ni protagonismos, ni servilismos. Somos independientes. Respetamos las distintas opiniones y opciones políticas pero, manteniendo nuestra neutralidad, tenemos las manos libres para denunciar la situación de nuestra línea. Y así seguiremos. 

   Si esos encorbatados y encorsetados políticos que dedican más tiempo a justificarse y a desacreditarse mutuamente viajaran más en los trenes, otro gallo cantaría. Pero no necesitan tal medio de transporte: tienen sus coches oficiales, sus dietas por kilometraje y demás prebendas. ¿Defender el tren Huelva-Zafra? No, ahora no toca. El año que viene, que hay elecciones. Ya haremos promesas ridículas, porque incumplirlas nos sale gratis. 

     Ya se han reído bastante de los ciudadanos. Ellos están para servirnos y si no ganan bastante con la política, que se vayan.

     Nosotros tenemos el poder.


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