Todos esos políticos tan bien vestidos que visitan con tanta
frecuencia las obras de la estación de ferrocarril onubense y que aprovechan para soltar
banalidades sin cuento, cuando no puyas demagógicas al adversario, deberían
visitar este lugar, próximo a la finca La Alcolea, al norte de Gibraleón. Si
están pendientes al paso de los trenes, observarán que circulan a paso de
tortuga, debido al mal estado de la infraestructura ferroviaria en este punto.
A un lado de la vía, material para la renovación, tan necesaria en esta zona
para permitir que los trenes circulen a una velocidad normal: traviesas de
hormigón monobloque, con el carril ya montado, llevan deteriorándose a la
intemperie desde el año 2012. En esta zona, obviamente, hay escandalosas
limitaciones de velocidad, lo que hace que los tiempos de viaje se alarguen,
claro, y así espantamos a algunos viajeros, que corren a hacer uso de autocares
y automóviles privados lo que, tal vez, es lo que se pretende. Con esta excusa
y con tanta incompetencia ¿deliberada? se suprimieron ocho trenes semanales en
junio de 2013. Y, al mismo tiempo, se puso en marcha un servicio Intercity –ahora
denominado Media Distancia- que sólo funciona los fines de semana entre Huelva
y Madrid, con unos tiempos de viaje desorbitados.
El dinero público, el de todos, el que se ha empleado en escandalosos
rescates bancarios y autopistas privadas innecesarias, no da para instalar el
material que ya está aquí. De vergüenza.