La
“nueva” estación de ferrocarril de Huelva
En el año
1988, el diario “Huelva Información” recogía las palabras del
alcalde de la ciudad -por aquel entonces, Juan Ceada Infantes-, en
las que manifestaba que consideraba que se había llegado a un
acuerdo sobre el tema de la construcción de la nueva estación de
ferrocarril, de la que la ciudad de Huelva estaba necesitada. Aseguró
el señor alcalde, que durante 1989 se terminarían los trabajos
técnicos y que él se sentiría muy satisfecho si a primeros de 1990
comenzaran las obras propias del edificio. Han pasado veinticinco
años.
En el mes
de julio de 2005 (pronto se cumplirán diez años), el actual regidor
de la capital onubense, Pedro Rodríguez González, manifestaba al
diario ABC que “si
el PP gobernara en España, Huelva tendría la estación en 2007.”
“Hoy
arrancan las obras del AVE”, titulaba en primera página el diario
“Odiel Información” en julio de 2010. Después de unos meses de
paripé, las obras de asentamiento y despeje de los terrenos se
paralizaron. En la actualidad, y de vez en cuando y con fin
electoralista se acometen ciertas actuaciones de acometidas o
instalaciones similares para que los onubenses sigan adormecidos en
esta modorra que ya dura demasiado tiempo. Y para que algunos
enchaquetados se paseen y justifiquen el sueldo que les pagamos,
posando con su mejor sonrisa “profidén” para las fotos de la
prensa.
Por
aquel entonces, los dos partidos que han gobernado España en los
últimos años se enzarzaron en una polémica sobre la construcción
de la nueva estación y de la línea del Ave a Sevilla que daría
para una antología del disparate. Cansina polémica que, además de
insultar la inteligencia de los onubenses, ha resultado absolutamente
estéril. Proyectos arquitectónicos de concepción faraónica que se
revelaron una absoluta impostura.
Desde
el gobierno municipal se decía que el gobierno central podía
empezar a construir la estación cuando quisiera, porque los terrenos
estaban libres de edificaciones, lo cual era absolutamente falso. El
gobierno central, que alegaba para su parálisis en la ejecución de
las obras, el no poder hacerlo mientras existieran dichas
edificaciones en los terrenos de la futura estación, no puso ni una
sola traviesa en el recorrido de la línea.
Y,
para finalizar, una reflexión: ¿no sería más conveniente que,
antes de iniciar la construcción de la nueva estación, se
modernizaran las dos líneas ferroviarias que hacen uso de dicha
estación? Más vale invertir en la mejora del ferrocarril
convencional. Actualmente, si una familia de cuatro miembros se
desplaza a Sevilla, por ejemplo, ha de contar con que el viaje en
tren dura una hora y media, por el engorroso rodeo del trazado
ferroviario, fruto de las limitaciones de la ingeniería
decimonónica, puesto que esta línea se terminó en 1880. Este
grave inconveniente, unido al coste del viaje, hace que los
ciudadanos se decanten principalmente por el automóvil privado. Los
lobbies del sector del automóvil y las compañías petroleras están
de enhorabuena. Nuestra salud y el medio ambiente, no tanto. Menos
mal que el Sr. Rajoy no cree en el cambio climático, como manifestó
en cierta ocasión.
Otro
tanto sucede con la línea Huelva-Zafra. Las “excursiones” que
realizaron los dirigentes de ambos partidos en nuestro querido tren,
suenan, dos años después, a burla hacia el ciudadano. Porque en el
tema ferroviario, PP y PSOE tienen pocas -o ninguna- medalla que
colgarse en cuanto a nuestra provincia. Quizás una rueda de molino
les luciera más. Y no lo decimos
nosotros. Todo lo que comentamos en esta nota está a disposición de
los ciudadanos en las benditas hemerotecas. Gracias por su tiempo y
su paciencia.